PADRES EMOCIONALMENTE VINCULADOS

Psic. Luis Conrado Garcia de la Cerda

 

Pensar en una nueva paternidad es romper con ideas y estereotipos que nos hacen creer que el padre es únicamente sinónimo de autoridad, distancia, regaños y limites, cuando en realidad la vivencia de la paternidad también incluye el aspecto afectivo-emocional, vinculo que tiene su punto de partida en el embarazo y en el cual el padre puede involucrarse activamente desde los cuidados prenatales. Esto quiere decir que el padre emocionalmente vinculado, adquiere un compromiso emocional y de responsabilidad en el desarrollo, crecimiento, alimentación y cuidado de los hijos.

 

En otras palabras, no solo es que los hijos estén presentes en la mente del padre, sino que los hijos tengan en su mente y en su vida cotidiana la presencia física y emocional de su papá, que sepan que además de ser una figura de autoridad como lo es también su mamá, puede además ser un referente de seguridad, confianza, estabilidad, cuidados y amor, una persona en quien puedan confiar en cada etapa de su vida.

 

Cabe señalar que la labor de un padre que brinda un apego seguro no solo implica demostración de amor o tiempo de calidad para ellos, aunque por supuesto, son elementos sumamente importantes para el neurodesarrollo de los hijos, también tendríamos que añadir el trabajo en torno a las emociones. En este sentido, apego seguro es ayudar a los hijos a regular sus emociones, ser una figura de calma cuando ellos se encuentren en una rabieta o en una circunstancia adversa, es ayudarlos a entender sus emociones, es reaccionar con tranquilidad ante lo que, como padres, nos desespera.

 

Todo lo anterior repercutirá de forma positiva en la niñez, la adolescencia e incluso en la vida adulta de los hijos, ya que un apego seguro, implica relacionarse de una manera más sana y esto, a su vez, permite sentar un precedente que moldeará las futuras relaciones sociales y de pareja que éste sostenga. Adicionalmente, el niño, futuro adulto, contará con mayores estrategias de regulación emocional y formas de afrontamiento ante las perdidas, el estrés y los cambios.

 

Una nueva paternidad implica romper el viejo paradigma que dictaba que el padre debía erigirse como la figura con mayor jerarquía en la esfera familiar y transitar de la educación basada en la obediencia a una educación basada en valores como los son el respeto, la honestidad, la responsabilidad, el honor, la integridad, etc. Partiendo de este nuevo supuesto, solo restaría pensar en que cada padre, logre crear su manera particular para estar presente emocionalmente con sus hijos, acorde a su propia manera de ser y estar en el mundo.

 

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Bibliografía

·     Nelsen, J. (2001). Disciplina Positiva. Estados Unidos: Ediciones Ruiz.

 

·     Shmill, V. (2010) Disciplina inteligente. Manual de estrategias actuales para una educación en el hogar basada en valores. México: Producciones Educación Aplicada.

 

Asociación de hombres por la igualdad de genero (2009) Mi papá me cuida. Guia de cuidados infantiles para una nueva paternidad. Malaga: AHIGE.


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