¿Por qué somos infieles?

Las relaciones de pareja implican, por lo común, exclusividad sexual y emocional. En una investigación hecha por el psicólogo americano David Schmitt (2004), se reveló que la fidelidad es la característica más valorada por el hombre en una pareja de larga duración, por las mujeres, ocupa el tercero o cuarto lugar de importancia, detrás de cualidades como la honestidad. Si la fidelidad es muy valorada, entonces, ¿por qué somos infieles?


Las intenciones o deseos de infidelidad se encuentran relacionadas con la insatisfacción y la calidad del matrimonio. Cabe aclarar que la insatisfacción no es el único factor que puede contribuir al inicio de una infidelidad. Glass y Wright (1985) identificaron dos: una experiencia sexual que conlleva novedad y cambio. La otra es la intimidad emocional, la cual consiste en centrar en alguien más sus fuentes de amor romántico, tales como ‘tiempo y atención’, retroalimentación intelectual, compañía y respeto.


Suele pasar que las mujeres son infieles por falta de amor y armonía de parte de la pareja, así como para satisfacer una necesidad afectiva, mientras que en los hombres es causada por problemas de índole sexual. Y qué decir de la poca o nula expresión de afecto, como de la insatisfacción del sexo, el aburrimiento, venganza, celos o enojo, como estar inseguro de la relación, las cuales intensifican o aceleran el motivo por el cual llevan a alguien a ser infiel. Roscoe (1988).


En algunos casos, la infidelidad puede llevar a la revaloración ante los problemas maritales y a la reconstrucción del lazo con la pareja. La infidelidad puede ser una consecuencia, más que una causa, de los problemas de pareja.


La restauración después de la infidelidad implica un trabajo duro al tratar de reconstruirla. La confianza en la pareja será lo primero a restaurar, de lo contrario, la esperanza fantaseada acerca de la irreal y mágica salvación que viene de la pareja o de otra pareja, como dice el dicho, “un clavo saca a otro clavo”, suele tener recompensas satisfactorias, pero temporales.


El motivo de la infidelidad; si fuese emocional, sexual o una combinación de ambas, tiene que ver con el contexto bajo el cual se presentó la infidelidad y la percepción de la persona, que varía, dependiendo de si fue quien ejecuta o recibe la infidelidad. Por esta razón, es necesario acudir a terapia para explorar las causas y encontrar el mejor tratamiento psicológico que logre satisfacer la necesidad del paciente y de la pareja.


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Fuente:


Glass, SP, Wright, TL. Diferencias de sexo en el tipo de participación extramatrimonial e insatisfacción conyugal. Sex Roles (1985). 12, 1101-1120 https://doi.org/10.1007/BF00288108


Roscoe B., Cavanaugh, LE y Kennedy, DR (1988). Infidelidad en el noviazgo: comportamientos, motivos y consecuencias. Adolescencia, 23 (89), 35-43.


Schmitt DP, Alcalay L, Allensworth M, et al. Patrones y universales del apego romántico adulto en 62 regiones culturales: ¿son modelos del yo y de otras construcciones panculturales? Revista de Psicología Transcultural (2004); 35 (4): 367-402. doi: 10.1177 / 0022022104266105


Dra. Sofía Rivera A. S. Dr. Díaz L. R. Lic. Méndez R. F. Mtra. Jaen C. C. Dra. García M. M. Dra. Romero P. A-. Dr. Villanueva O. B. (2017). 8 escalas: el lado negativo de las relaciones de pareja. 52-73


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